miércoles, 13 de agosto de 2008

La delicadeza de la fragilidad del alma ausente que asciende al monte Meru.

Todo el alma se concreta en un estado de vacio.

Y para llegar a ese vacio es necesaria tristeza.

Tristeza de un alma que se pliega en un barrio de nostalgia de el paraiso de el corazon dormido en el embeleso de lo divino.

Tu simplemente sueñas que te vas.

Vas a llorar en tu interior delicadas palabras de soledad disueltas en el agua de la lagrima que lloras y de aquella que no puedes llorar.

Esa es la lagrima de la verdad de la tristeza que se engendra en soledad.

Las que expresas son anhelos, la otra es la profunda verdad del vacio infinito de un corazon que trasciende el pensamiento y empieza a amar.

Amar es el lloro de la poesia del alma que la palabra no sabe expresar.

Es ternura acometida en un viaje al interior que de otra forma no se puede rozar.

El monte Meru es donde dios sucede en la busqueda de una tierra pura.

La tierra pura que sucedió.

En un instante en un momento determinado tus emociones eran pura luz de alma encontrado en tus ojos, en tus silencios, en los corazones rotos.

Un corazon roto es una semilla abierta.

Debe buscar la luz y no encerrarse en un enterramiento en una tierra que llena su anhelo de realizacion de su realidad de su mistica trascendencia.

La flor de la belleza de la delicada presencia de dios en una forma concreta de crecimiento de amor es la capacidad de diluir el universo en un unico sollozo contenido de inverosimil magnitud de poetica acaeciente.

La poetica convierte al hombre en el monte meru del dios olvidado del ser silente aconteciente de un placer infinito por ser en trascendencia flor regada por la lagrima que deviene desde el rostro interior de el lago del alma que tiene esencia de reflejo de perseidas de estrella de cielos de agosto celeste.

Dios es el suceso infinito de la poesia.

Y esa poesia no mira, ni al norte ni al sur, ni al oeste.

Es un alma que mira al este.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

El infinito que no tiene conciencia de dios mira a un hombre llorar.

Todo es infinito.

El infinito mas bonito es la finita infinidad.

A ese espacio se le conoce como realidad.

Y la realidad no es.

Es infinidad pero no es real lo que ves.

La paradoja del alma.

Cuya realizacion es absurda pero el fondo de su sentido es esa infinidad sumada a poemas numericos que conjugan teorias incrustadas en piedras de emociones del alma combinadas con teoremas de existencias alejadas de la reazlidad vaga que se diluye en un provenir.

Asumir la indeterminacion de lo que ves frente a la paradoja de la existencia vacua que asume estadios de conciencia de un hombre que llora su propia mortandad asumida que l unica verdadera creencia que puede constatar.

Por eso ese hombre tiene su drama.

Drama es la constatacion de la eternidad en la vida finita que desconoce su ausencia de individualidad.

Dios manifiest en estadios de arrogancia de quien asume su propio transito como unica medida de lo posible en el misterio de lo efimero eterno.

Solo el alma que tiende al tao de un reino de cielos sembrado de añoranzas de pasion, se concibe como la verdadera poesia de inconsistencia perpetua de la trascendencia romantica de un sueño alejado de lo que es cierto.

Dios llora lagrimas de lluvia de un cielo de inconsciencia ennegrecido por nubes perpetuas de muerte y vacio inherente de todo aquello que es referente de la calidad implicita de la mas minima mota de particula de circunstancia de vida teñida en su centro de un pensamiento que s devuelto a la persona que observa lo que acaba de pasar.

Parar el tiempo es la ausencia de lo previsto en la rotura de la coherencia de perdurar en aquellos limites de la realidad que limita al mundo, su trascendencia en pensamiento que es el universo y un salto cualitativo que es la subida al monte Meru de los dioses dormidos de fuerzas acontecidas en un pasado que es futuro pero que a la vez es la unica realidad posible sin ser circunstancial su apariencia o su vacuidad.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

domingo, 10 de agosto de 2008

La religion de la oracion de creer en TI.

Puede ser especial.

Hay momentos unicos.

Unicos e infinitos.

Son constantemente ausentes.

Y esa perdida es su conquista del extasis sumo de la verdad acontecida donde se escinde un corazon partido por sueños despiertos y sueños dormidos.

Yo me acuerdo de ti.

Es el recuerdo de lo bello acaecido en un universo preterito de constalaciones no surgidas por envidia a la llegada al amor mio no surgido, como un tao infinito e inefable.

Y aun asi, pienso en estar a tu lado, estar en ti.

Lo sublime emebebido en el aire que inhalo con la cadencia de un marchito sueño dolido de pensamientos negros de luz clara entretenidos en quiebras y dolencias del arte contenido en la pausa de alcanzar romper el viento de la palabra que no sabe ser, por no poderte ver.

Y la mañana es la mas blanca muestra de un firmamento extendido de estrellas que tapan a la noche oscura, antes que esta las envuelva.

Y no puedo dormir en un instante acaecido si este no es prometido a la eternidad de volver a recordar que lo que sucede no sucede sin tu ser, solo es posibilidad de un ser de desconocimiento.

El sonido del verso dormido de quien llora la lagrima del que añora acariciar la noche y no puede tocarla pues se esconde en una luz envuelta de astros que explotan en dormidas quimeras.

Y los poetas, y misticos, alcanzan el estadio dormido de la creencia del alma dulce del beber sorbos de rios de infinito descendiendo de cosmos perdidos en incoherencia.

Y aun no he podido volver, no encontre la senda de quien cree que ya no espera.

Y solo la busqueda de un minimo cariño acrecienta el sentido bendito de una compasion de comunion entre un mundo parcial y un criterio de integridad de tu ser con la vacuidad inherente en hallar que la suma de las circunstancias converge en un Tao que deviene de un futuro incontrolado de pasado.

De pasado sucedido en el estadio venidero de que se puede definir el tiempo como futuro sin credo.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

La llegada de Ella.

Ella se fue.

No estaba.

Toda la casa era un gigantesco vacio de ti.

Un vacio de ti y una ausencia de mi.

La belleza de la ausencia de la presencia no alcanzada.

La añorada nostalgia de vivir sin vivir.

Reir de un alma tintineante que se refleja delicada en la bruma taciturna de la nostalgia de aquello que nunca fue de mi.

Añoranza.

Triste y dulce añoranza.

Mi angel ausente.

La palabra dormida.

La palabra guardada.

La belleza del instante acontecido no sucedido, sin comienzo pero con un fin.

Cuando el universo es una ausencia y su regreso una esperanza.

La creencia de dios se vuelve la certeza de la consciencia de tu belleza diluida en el orbe de mi mirada.

El mundo que construyo clama la ternura de los pilares de dos lagrimas embebidas de dulce fantasia de un mañana que te traiga.

Y el mundo permanecia en silencio sin ti.

No podia hablar de la nada del todo sin ti.

Lo mas doloroso... no poderte proteger.

Envolver.

Como se tiende haces de luz a las estrellas para con luz, su luz taparlas, asi extiende mi mente pensamientos de ti, y recordandote me recordaba.

La poesia de un oriente susurrante de misterios de mil y una noches ensoñadas en tu rostro bello trigueño de dorado budico ungido.

La piel de un hermoso cuerpo es el tapiz de las hazañas de adoracion de la luz.

Mi pretension hacerte sentir asi.

El conocimiento poetico de la mistica de tu infinitud, extenderla como estandarte de un ejercito poetico de misterio de lo eterno.

La palabra contenida en la garganta de la noche de poesia en febril mistica de un sutil gesto que en el mundo cierto, de lo incierto, me hable de ti.

Si no puedo verte, cierro los ojos para intuir, los designios de los caminos de la senda del sonido de ti.

Yace lo poetico como la recreacion de cada momento sin ti.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

sábado, 9 de agosto de 2008

La musica del alma del dios yacente de la flauta vacio del viento silente.

La poesia es alma.

El alma es la emocion de emocionarse.

Asi, aunque la emocion es unica es esta infinita en la forma en las que se manifiesta.

La medida del alma es siempre la forma, de esta, en ti, temblar.

Por eso la emocion mueve, el alma conmueve.

El universo es el sonido del halito divino de la emocion que conmueve.

Y tu sonido el producido por el viento de un pesamiento en tu corazon.

Este solo suena, cuando se enternece.

Por eso el sonido de aquello que llamamos dios suena a ternura.

Yacer, es el estado de admitir ser.

De admitir Ser en tu ser.

Y entonces eres un vacio, un sinsentido, ahito poetico y derramante de susurrante poetica constante de un alma que tiende al altar de un mirar convertido en oratoria.

Y la palabra es musica y tu alma pronunciada queda rota en ambrosia de medtacion divina de nostalgia del pasado de tu porvenir.

Llegas a ser origen en tu fin.

Eres fin en tu fin.

Finito sin fin.

Y sonido de dormir a el universo acontecido en el lecho de sostener firmamentos de paz innombrable de inmensa paz.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

viernes, 8 de agosto de 2008

El camino escrito de dios.

Solo es real aquello que es real.

Es tan simple este planteamiento como su irrealidad.

Esta se asume desde la existencia inherente de un yo transitorio que es inconsciente como termino fundamental de definicion de ese alma que se enternece o se duele.

Asi, el universo se establece como un flujo de infinitas potencialidades ausentes semejantes a pompas de jabon.

Y la sucesion de ella irreal en su unidad se convierte en veraciad al ser nombradas de una secuencia organizada que se denomina Tao.

Tao es el camino del universo definido asimismo como un instante de quietud en el movimiento del ser al no_ser que es.

El equilibrio de ambos espacios son lineas marginales del alma definitoria donde solo lo tangible se considera como real.

Pero, de forma similar al brillo de la estrella que refleja un cielo es solamente visto desde un pasado.

De forma similar, aquello que tu ves o percibes delante de ti como tu es aquello que en ese mismo instante has dejado de ser.

Comprender esto es lo que es y lo que es, es la profunda comprension del tao de la transitoriedad.

Si entiendes esto, puedes perfectamente comprender como se acerca hasta ti un camino de vacuidad que te lleva a la profunda comprension que el porvenir es mas real que aquello que puedes palpar o sentir.

La idea profunda que subyace en todo esto es el camino que te lleva a ti no tiene nada que ver con tu pasado, mas que el apego qu sostiene tu alma a ese espacio infinito de ser que consideras real, pero que es minimo comparado con la infinita capacidad de definir universos posibles como el estallido de miles de pompas de jabon que rozan en su explosion la quietud infinita de la eternidad.

Esa eternidad es el potencial dormido subyacente que se asimila de forma igual a toda la dimension dormida del alma de la cual te alimentas a cada instante igual que un pozo bebe del agua que se filtra por infinitas grietas en la tierra que le rodea y recibe los dones de un cielo que llora bendiciones de forma continua y concreta en cada punto donde una gota desciende y se cuela en el suelo que la bebe.

Si tu fueras pozo, y bebieras de la tierra, a eso se le conoceria como Dios, las grietas son los caminos y las sendas de aquello que esta escrito y es que todo conduce a dios.

Fijate, aunque sea simple, la cercania entre el vocablo dios, y el verbo conjugado "dio".

Es sencillo.

Dios es aquello que te es dado.

La accion de ese dar es el don.

Don es un acto de una fuerza implicita que se llama amor.

Amor lleva potencialidad de donde hay mucho hacia donde hay poco.

Por eso es benevolente.

Por eso el transito de un rio se asemeja a este camino.

Todo este camino es infinito.

Es el salto continuo a una espiritualidad que debe ser entendida como la capacidad de saber, de intuir lo que ahora que te digo y es que es mas importante aquello que sabes que eres y no ves, que aquello que ves y solo pesa en tu ser.

A valeria.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

miércoles, 6 de agosto de 2008

El alma que reza es la que mira a oriente.

Oriente es un espacio, una sensacion, una creencia.

Un estadio de conciencia.

Oriente es esa existencia de consciencia ausente de referencias perfectas y solo un impulso trascendente atiende.

Orar es respirar esa poesia de un alma que busca la paz volviendo al origen de alli de donde procede.

Pero, donde un corazon busca la trascendencia es alli donde un hombre se ausenta detrás de un ideal.

Es posible un paraiso, una nueva tierra, una eternidad, y alli, donde el corazon mira, huele a libertad.

La libertad es un sonido, donde no es necesario hablar.

Y si la mistica poetica, de todo esto no te lleva a alcanzar, una sensacion de trascendencia natural, es por el sencillo hecho de que buscando a dios, tu ya eres deidad.

Lo paradojico es que en tu busqueda, lo que buscas, no lo puedes encontrar, porque nunca has estado fuera.

Solo no has sabido mirar.

Mirar con los ojos de el rostro que un espejo no se puede observar, en ese itinerario del devenir de la existencia se origina el dharma de la enseñanza nostalgica del quiebro poetico de explicar con palabras sonidos de eternidad.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.