sábado, 9 de agosto de 2008

La musica del alma del dios yacente de la flauta vacio del viento silente.

La poesia es alma.

El alma es la emocion de emocionarse.

Asi, aunque la emocion es unica es esta infinita en la forma en las que se manifiesta.

La medida del alma es siempre la forma, de esta, en ti, temblar.

Por eso la emocion mueve, el alma conmueve.

El universo es el sonido del halito divino de la emocion que conmueve.

Y tu sonido el producido por el viento de un pesamiento en tu corazon.

Este solo suena, cuando se enternece.

Por eso el sonido de aquello que llamamos dios suena a ternura.

Yacer, es el estado de admitir ser.

De admitir Ser en tu ser.

Y entonces eres un vacio, un sinsentido, ahito poetico y derramante de susurrante poetica constante de un alma que tiende al altar de un mirar convertido en oratoria.

Y la palabra es musica y tu alma pronunciada queda rota en ambrosia de medtacion divina de nostalgia del pasado de tu porvenir.

Llegas a ser origen en tu fin.

Eres fin en tu fin.

Finito sin fin.

Y sonido de dormir a el universo acontecido en el lecho de sostener firmamentos de paz innombrable de inmensa paz.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen

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